martes, 11 de diciembre de 2012

Oscar Niemeyer… El maestro de las curvas

Quisiera hacer un pequeño homenaje a la obra de este fantástico arquitecto, a partir compartir con ustedes dos de sus más notables obras. La primera es el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi Aquellos que visitan este edificio de 2500 m2, admiran una obra, donde la técnica da un importante apoyo al arte. Fueron necesarios cinco años para erigir la estructura de cuatro pisos, utilizándose 3,2 millones de metros cúbicos de hormigón, lo suficiente como para levantar un edificio de 10 pisos. Con 16 m de altura, el MAC nace de la tierra en un solo cilindro, de 2,7 m de diámetro que sostiene todo el edificio, anclado en una fundación gigante de 2 metros de altura. También se encuentra un espejo de agua con 817 m2 de superficie y 60 cm de profundidad, que le otorga ligereza al edificio. Fue inaugurado el 2 de septiembre de 1996. “Yo no quería un museo de cristal, si no una gran sala de exposiciones rodeado de paredes rectas y por una galería que protege y permite a los visitantes hacer una pausa de vez en cuando para apreciar la extraordinaria vista.” (Oscar Niemeyer) Adoptando el predominio de la línea horizontal y la decisión de que la estructura de hormigón (como exoesqueleto) estuviera ligeramente apoyada en un pilar, se crea una relación continua con la plaza el paisaje y el mar. La forma circular del museo, junto con grandes luces, dio lugar a una solución estructural esencialmente radial, dividido en seis sectores, de acuerdo con el diseño arquitectónico. Una gran rampa exterior de hormigón lleva al visitante a través de 98 metros en el espacio libre, a las entradas de los pisos superiores. La cúpula del MAC ha recibido un tratamiento térmico e impermeabilización con material altamente resistente que se utiliza para proteger a los cohetes de la NASA. Este material tiene la capacidad de sufrir grandes variaciones térmicas. Los proyectos de iluminación fueron diseñados por Peter Gasper. En el hall central, las reflexiones en las paredes y la luz involucran todo el entorno. Externamente, el monumento es iluminado por faros, instalado bajo la superficie del agua en la base del museo. La iluminación da énfasis a la ligereza de la estructura, para dar la impresión de que el MAC flota sobre las aguas de la Bahía de Guanabara Disponible para el espacio de balcón que rodea la hexagonal sala de exposiciones, Niemeyer trabajó la acción del paisaje de los alrededores, provocando la invasión del paisaje de la bahía – y toda su cualidad seductora – al interior, un proceso de museificación de los alrededores del edificio, con imágenes impresas en los marcos, produciendo una película en movimiento, en la medida en que uno recorre el edificio.

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